jueves, 26 de abril de 2007

Un tic en la mini falda


Sienteme, tocame
recorre los verbos del esclavo
encumbrate entre mis pechos
desprende el boton de la cintura
deja la corbata en el salero
y embriagate con mi aire
que las llaves siguen en la puerta.









El enfasis del deseo se enrreda en ocaciones entre las sabanas abandonadas, esas con cara de tierra en el suplemento de los dedos o es quizas el calmante idoneo para articular la boca con el fantasma

1 comentario:

Ana María Vilchez dijo...

Me gusta la deshinibición corpórea que hay en las palabras que dan la redondez de este poema. Sobretodo estos versos: "...deja la corbata en el salero...".
Un abrazo.
Te quiero.